viernes, 4 de diciembre de 2009

Dudas sobre impacto humano en el clima

Al parecer, todo el bombadeo mediatico que sufrimos durante estos ultimos años sobre "el calentamiento global" sería una gran farsa orquestada por las potencias en crísis para frenar a las potenciales nuevas potencias...se abre otra caja de pandora en la política internacional...

Redacción
BBC Mundo

A unos días de iniciarse la cumbre sobre cambio climático en Copenhague, Dinamarca, salieron a la luz unos correos electrónicos "hackeados" a un instituto de investigación que sugieren que el cambio climático no es causado por las actividades humanas, informó el negociador por Arabia Saudita.

Una investigación policial en curso revelará si el material fue "hackeado" o si de alguna manera se filtró.

Mohammad Al-Sabban le dijo a la BBC que este tema tendrá un "impacto enorme" en la cumbre de Naciones Unidas (ONU) a realizarse la semana próxima, donde participarán países que se niegan a recortar las emisiones de gas de efecto invernadero.

Algunos científicos sostienen que estos correos electrónicos provenientes de la University of East Anglia, en el Reino Unido, no alteran el concepto de que el calentamiento global es producido por el hombre.

La polémica de los correos surgió dos semanas atrás, cuando cientos de mensajes entre científicos de la Unidad de Investigación Climática (CRU, por sus siglas en inglés) de la universidad y sus pares en el mundo fueron hechos públicos en internet, junto con otros documentos.

Una investigación policial en curso revelará si el material fue "hackeado" o si de alguna manera se filtró.

La CRU mantiene una de las bases de datos más importantes del mundo sobre cómo las temperaturas globales han cambiado con los años.

Los más escépticos alegan que estos correos electrónicos socavan la tesis científica que sostiene que el cambio climático es provocado por las emisiones de gas de efecto invernadero como consecuencia de las actividades humanas, caso que ya se conoce como "Climagate" ("Escándalo climático").

Pero recién ahora se ha materializado como un tema que puede influir en las negociaciones de Copenhague, que en teoría deben establecer un nuevo acuerdo global sobre cómo combatir el cambio climático en reemplazo del Protocolo de Kioto.

Postura saudita

Arabia Saudita es un miembro influyente del bloque del G77/China, que lidera la posición de los países en desarrollo en varios asuntos en las negociaciones climáticas de la ONU. El G77/China mantiene una posición de no asumir compromisos de reducción de emisiones de gases contaminantes.

Es un claro intento por desacreditar la evidencia científica y por sembrar confusión con miras a las conversaciones de Copenhague

Malini Mehra, fundador del Centro para los Mercados Sociales en India.

El negociador saudita Al-Sabban dejó en claro que espera que el G77/China descarrile el principal objetivo de la cumbre: estipular las limitaciones a la emisión de gases contaminantes.
Al-Sabban le dijo a la BBC que "parece que por los detalles del escándalo no existe ningún tipo de relación entre las actividades humanas y el cambio climático".

"El clima ha estado cambiando por miles de años, pero por razones naturales y no inducidas por humanos.

"Así que cualquier cosa que la comunidad internacional haga para reducir las emisiones de gases contaminantes no tendrá efecto en la variación natural del clima".

Y aseguró que, considerando que otros países comparten esta visión, los gobiernos no estarían preparados para apoyar ningún acuerdo que pueda afectar el crecimiento económico por muchos años, hasta que "nuevas evidencias" establezcan la base científica.

Sin embargo, agregó Al-Sabban, los gobiernos podrían comprometerse a adoptar medidas "sin costo alguno" para limitar las emisiones, mientras que las naciones occidentales deberían prepararse para asistir financieramente a los países pobres y vulnerables.

Por último, Al-Sabban dijo que la cumbre de la ONU debería impulsar una "investigación completa" sobre el tema de los correos electrónicos "hackeados".

Como el primer productor mundial de petróleo, Arabia Saudita se ha opuesto a los intentos por reducir las emisiones de carbono, y ha sostenido que debe recibir compensación financiera por la "pérdida" de ganancias, teniendo en cuenta que la limitación a las emisiones puede limitar la venta de crudo.

"Evidencias irrefutables"

Mientras tanto, India ya se ha fijado un objetivo para reducir las emisiones de carbono en un 20-25% para 2020, "siempre y cuando obtengamos apoyo de la comunidad internacional", señaló el ministro de Medio Ambiente, Jairam Ramesh.

El clima ha estado cambiando por miles de años, pero por razones naturales y no inducidas por humanos. Así que cualquier cosa que la comunidad internacional haga para reducir las emisiones de gases contaminantes no tendrá efecto en la variación natural del clima.

Mohammad Al-Sabban, negociador de Arabia Saudita ante la ONU

Otras voces se alzaron contra la información contenida en los correos electrónicos, como la de Malini Mehra, fundador del Centro para los Mercados Sociales en India.

"Es un claro intento por desacreditar la evidencia científica y por sembrar confusión con miras a las conversaciones de Copenhague", indicó.

Una portavoz de la Comisión Europea aseguró, por su parte, de que con o sin el "hackeo" a los correos de la CRU, la evidencia de que el cambio climático es causado por el hombre es "irrefutable" y que "científicos del mundo entero están de acuerdo en que el cambio que estamos experimentando no se debe a una variación natural".

"Si no actuamos, el cambio climático aumentará y provocará daños mayores al mundo natural y a la sociedad", aseveró.

A principios de esta semana, el director de la CRU, Phil Jones, renunció a su cargo a la espera de los resultados de la investigación sobre los correos electrónicos.

La universidad anunció que la revisión estará liderada por Muir Russell.

Otros académicos prominentes sostienen que los contenidos de los correos electrónicos no cambian en nada las conclusiones del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) de 2007.

jueves, 3 de diciembre de 2009

El misterio del escuadrón de la muerte

De izquierda a derecha, los cuatro muertos del 17 de octubre de 2007 (fila superior): Víctor Enríquez Lozano, Ronald Reyes Saavedra, Carlos Esquivel Mendoza y Carlos Mariños Ávila. Por ellos el Ministerio Público ha pedido cadena perpetua para el coronel Elidio Espinoza y otros nueve policías. Más asesinados (fila inferior). En los casos de Alexander Fernández y Helbert Quevedo, a la izquierda y al centro, el Ministerio Público ha presentado acusación. El tercero es el “Loco Johnny

La investigación del denunciado asesinato masivo de delincuentes en Trujillo produce una guerra fría entre la Policía y el Ministerio Público. Al amparo del D.L. 982, la mayoría de casos fueron archivados.
Por Ricardo Uceda
El jefe policial de La Libertad, general Raúl Becerra, reveló el 20 de octubre pasado que en Trujillo han muerto 56 delincuentes en enfrentamientos con la policía. De inmediato el ex director de la PNP Gustavo Carrión, escribió en el blog Espacio Compartido que ello sugería una perversa tendencia en la lucha contra la inseguridad. “El uso letal de las armas de fuego para eliminar delincuentes –añadió– lo único que provocará será la retaliación de la violencia”.
Documentos y testimonios recogidos para este informe permitieron alimentar una base de datos de 46 delincuentes muertos a balazos por la policía de Trujillo entre el 2007 y el 2008, y confirmar la alta cifra de presuntos asesinatos. Entre otras fuentes fueron entrevistadas 31 personas vinculadas a las víctimas, algunas de las cuales dicen ser testigos directos de que fueron detenidas por la policía. La forma de las muertes es casi la misma, y no es un secreto.
En la ciudad se asume con naturalidad que hubo una eliminación sistemática de maleantes. En privado, la mayoría lo aprueba. En un caso típico de la versión oficial, los integrantes de una patrulla –de casualidad o avisados por terceros– sorprenden asaltando a dos o más ladrones. Estos huyen, disparando a los policías, quienes, al darles el vuelto, los matan. Acto seguido, las pericias balísticas demostrarán que los abatidos estaban armados y que sus armas fueron disparadas.
La prensa local y algunos medios de Lima han hablado de un grupo de ejecuciones dirigido por el coronel PNP Elidio Espinoza, ex jefe del Escuadrón de Emergencia Este y hoy a cargo de la Divincri. A su vez, la policía, con un indisimulado apoyo político del gobierno, ascendió y premió a Espinoza, para quien el Ministerio Público pide cadena perpetua. La policía de Trujillo goza de reconocimiento ciudadano, porque ha arrinconado a la delincuencia. Aunque todos los días hay hechos violentos y menudean noticias de asesinatos en las primeras planas, en su mayor parte son, según las versiones periodísticas, delincuentes que se han matado entre sí.
La situación es el resultado directo del Decreto Legislativo 982, dado en julio del 2007, que eximió de responsabilidad penal a policías que “en cumplimiento de su deber y en uso de sus armas en forma reglamentaria, causen lesiones o muerte”. Hay que suponer que casi de inmediato los delincuentes trujillanos tuvieron la mala idea de enfrentarse a balazos con la policía. La racha de muertos por enfrentamientos comenzó precisamente en agosto del 2007. Terminó a fines del año pasado, cuando empezó a actuar una asociación trujillana de defensa de los derechos humanos de los delincuentes.
Miembros de conocidas bandas se han entregado porque temían estar en una lista negra de próximos ejecutados. Su atemorizada versión apareció sin medias tintas en los medios. Sin embargo, a Rafael Reyes Velásquez, “Loco Johnny”, no le sirvió haber alertado públicamente que la policía quería matarlo. El 20 de febrero de 2008 envió una carta de denuncia a la Asociación Pro Derechos Humanos. Tres meses después estaba muerto. César Velásquez, un ex presidiario no requisitoriado, dijo para esta nota que no sale de su casa porque no desea que lo maten. Ha abandonado, asegura, toda actividad delictiva. Cuando las muertes se multiplicaron, continuamente miraba por la ventana de su casa en el barrio El Alambre para ver si venían por él. Pues en la otra versión, la de los familiares de los muertos, la policía secuestró a sus futuras víctimas de sus casas, los ejecutó, y luego publicitó una escena de fuego cruzado.
Segundo Correa, quien se supone que es el delincuente más sanguinario que hoy por hoy conoce Trujillo, acaba de publicar una carta en el diario Correo advirtiendo que no se enfrentará a tiros con la policía. Correa, conocido como “Paco”, niega ser asesino y jefe de banda. Aún no está requisitoriado.
Su abogado, Víctor Peralta, quien también defiende a los familiares del fallecido Loco Johnny, dice que Correa sabe que su vida corre peligro porque los medios, con información de la policía, están publicitándolo demasiado. “Eso pasó en anteriores casos –añadió–. Justo después de que los diarios vuelven famoso a un delincuente, aparece muerto en un enfrentamiento con la policía”.–Nosotros les hemos ganado la moral –dijo el coronel Elidio Espinoza para este artículo–. Pero no porque los ejecutemos. Los hemos identificado y mostramos al público sus rostros y sus viviendas.
Cada muerte por enfrentamiento real o fingido ha sido investigada por el Ministerio Público, que vive una guerra fría con la policía. La versión que reciben diversos ministros del Interior de los últimos dos años es que los fiscales entorpecen la lucha contra la delincuencia. El malestar llegó hasta la Fiscal de la Nación, Gladys Echaíz, quien, tras pedir informes, recibió una explicación contundente del presidente de la Junta de Fiscales de La Libertad, Daniel Cerna: diversas fiscalías investigaban numerosas muertes de delincuentes, en las cuales participaron directa o indirectamente unos 50 policías. Cuando Echaíz fue a Trujillo, en febrero del 2009, hubo una marcha de deudos frente al Ministerio Público de Trujillo, y recibió a una delegación de tres personas.–Usted es madre como yo –le dijo Angelita Ávila, madre de Carlos Iván Mariños, uno de los muertos–. Le voy a contar cómo se llevaron a mi hijo y usted sabrá si soy sincera. Y creo que usted, en mi lugar, estaría como yo, pidiendo justicia.
Cerna dijo para este informe que la Fiscal de la Nación se ha convencido por sí misma de que las investigaciones que llevó a cabo el Ministerio Público de La Libertad son necesarias y complejas. El Ministerio Público ha ido archivando los expedientes uno por uno, y también estas disposiciones tuvieron un patrón: hubo un arma en poder del muerto, los peritajes balísticos de la policía dijeron que fue disparada, los testigos son familiares, los guardias implicados estaban de servicio. En la mayoría de casos los fiscales citan el D.L. 982 para sustentar su decisión. Otros, además, señalan que es un criterio imperante en el Ministerio Público priorizar acusaciones sólidas, que puedan ser defendidas exitosamente en un juzgado. Las que no tienen buen prospecto deben dormir en el archivo hasta que aparezca nueva evidencia.
Después de enviar al archivo la indagación de unas 21 muertes, el Ministerio Público se centró este año en otras 25, concentradas en 16 expedientes. De este total, los fiscales decidieron acusar en solo dos casos. Por orden del juez tendrán que hacerlo en otro caso, que inicialmente fue archivado. Podría haber una acusación más, correspondiente a una investigación que acaba de ser concluida, si el fiscal lo estima conveniente. La mayoría de las indagaciones tuvieron a Elidio Espinoza como protagonista.–De 23 investigaciones que me involucran, 21 han sido archivadas por el Ministerio Público –dice Espinoza con las disposiciones en la mano–. No lo digo yo, lo dice un fiscal. Entonces, ¿dónde está el escuadrón de la muerte?
Los primeros cadáveres de la racha que se inicia con el D.L. 982 pertenecieron a tres hombres abatidos a tiros la madrugada del 13 de agosto de 2007 en las inmediaciones del restaurante campestre La Rueda. Les dispararon dos vigilantes del local, quienes resultaron ser policías que trabajaban allí en sus días de descanso. Según la manifestación de estos, José Murrugarra, su hijo Johnny y César Deza, irrumpieron a balazos para llevarse los ingresos del día anterior. Ellos contraatacaron con eficacia cinematográfica, pues eran menos y mataron a todos los agresores. El dueño del local corroboró esta tesis, pero no los familiares de los muertos que en ese momento estaban en La Rueda, para quienes hubo un lío de borrachos. La fiscalía archivó el caso luego de que las pericias balísticas indicaron que los atacantes habían disparado.
Un mes después, César Sancho Rodríguez, “Pichón”, fue muerto de cuatro balazos en El Porvenir, por miembros del Escuadrón de Emergencia Este. Los policías manifestaron haber sido blanco de disparos de delincuentes que huían luego de que fueran sorprendidos asaltando en la esquina de Sánchez Carrión y Los Héroes. Eran tres: dos escaparon y Pichón cayó muerto cuando la policía repelió el ataque. Su madre, Jenny Rodríguez, y su hermana, Rosa Verde, dijeron que muchos vecinos les aseguraron que Pichón había sido capturado con vida en una vivienda en la que se escondió. Pero estos testigos, si existen, nunca declararon ante la fiscalía, que archivó el caso.
En cambio sí presenta fisuras la versión oficial de la muerte de Julio Merino Bayona, “Gallo”, la tarde del 21 de septiembre del mismo año. Había asaltado a Karla Paredes, amenazándola con una pistola, según refirió la misma agraviada. La policía lo persiguió y abaleó en su huida y llegó agonizando al Hospital Regional. Hechas las pericias, resultó que Merino no había usado un arma de fuego. El fiscal únicamente recogió el testimonio de los policías intervinientes, basado en que Gallo disparó contra ellos, y envió a los archivos la investigación preliminar. No fue posible obtener testigos directos con una versión distinta para este artículo. Un solo indicio es insuficiente para que un fiscal acuse a alguien por asesinato o secuestro agravado, que se castiga con cadena perpetua.
En el caso de la muerte de José Manuel Reyes Moro, conocido como “Yuca”, hay por lo menos dos indicios de ejecución extrajudicial. Yuca, supuesto integrante de la banda “Los Ochenta”, murió el 14 de octubre, producto de tres balazos en el cuerpo. De acuerdo con sus familiares, tomaba cervezas con su padre y su tío en un restaurante de El Porvenir, cuando los policías de un patrullero les pidieron documentos. Solo a Yuca decidieron llevárselo, y tuvieron que hacerlo a golpes porque, en la misma versión, el delincuente se resistió, abrazándose a un poste. Según la policía, los integrantes del patrullero forcejearon con él al tratar de capturarlo, y Yuca pudo sacar un revólver y hacer un disparo. En la resolución que archiva el caso, el fiscal registró que el patrullero tenía un agujero de bala. No mencionó que el protocolo de autopsia decía que la boca de Reyes Moro estaba llena de arena de playa. Y que en la segunda página, en la parte correspondiente a la descripción de lesiones traumáticas, el forense indica excoriaciones y hematomas en las muñecas. Para mayor precisión, señala: “marcas de grilletes”.
Estos casos, los primeros, no tuvieron ninguna repercusión. El escenario cambió cuando el escuadrón comandado por Elidio Espinoza liquidó a cuatro supuestos delincuentes en una sola noche. Fue el 27 de octubre de 2007, precisamente el día en que el ministro del Interior Luis Alva Castro llegó a Trujillo para anunciar una guerra sin cuartel contra la delincuencia. En Trujillo no hay grupos de secuestradores ni grandes asaltos con despliegue camionetas rurales y metralletas. El último asalto al Banco de Crédito, el pasado 7 de octubre, que dejó un botín menor a S/. 100.000, fue hecho discretamente y con participación de policías, según están publicando medios locales. Lo dijeron también miembros de los bajos fondos entrevistados para esta nota.
¿A qué se dedican entonces, los delincuentes de la ciudad? Al asalto al paso, al robo de viviendas y autos, a la extorsión. A medida que el crecimiento de Trujillo se fue haciendo evidente, estableciéndose las grandes tiendas, floreciendo las mineras, expandiéndose la construcción y el empleo, la extorsión pasó a ser el delito de moda. Los empresarios son amenazados para que admitan el pago de cupos por su seguridad, lo mismo que transportistas y dueños de establecimientos comerciales. El signo exterior más característico son stickers pegados en las carrocerías de mototaxis, autos de servicio público y buses. Hay lobos, gatitos, Transformers, ángeles, muñecos, palabras, imágenes religiosas. Cada uno corresponde a una banda.Un mototaxista paga un sol diario al extorsionador. Un taxista, un sol cincuenta. Entre La Esperanza y El Milagro circulan unas 3.000 mototaxis, lo que hace un total de S/. 90.000 mensuales por repartirse entre los extorsionadores. Según la policía, la banda de Paco, de la que dependerían unas 150 personas, es la más numerosa.
Otras importantes son Los Pulpos, que maneja 100 subalternos desde el Cerro La Cruz, y Los Ochenta, con similar infantería en Florencia de Mora. Además hay unos 15 grupos menores. Los stickers son distintivos para que miembros de una banda no se metan con los bienes protegidos por otra. Cuando hay rivalidad entre grupos, esta convención no se respeta, y puede haber violencia.
El Ministerio Público ha pedido cadena perpetua para Elidio Espinoza y otros nueve policías que participaron en un operativo en el que murieron cuatro supuestos delincuentes en El Porvenir. El propio Elidio Espinoza narra lo que sucedió aquella noche:“El ministro Alva Castro vino de Lima con grupos de élite: el Escuadrón Verde, los Robocop, que estaban de moda, gente calificada de la Dinoes. Ellos iban a apoyar las operaciones de ese día. Hicimos incursiones y batidas y en una conferencia de prensa mostramos todo lo que se encontró. Ya habíamos acabado cuando nos llaman los jefes para hacer otro operativo más por la noche, por las zonas álgidas: Florencia de Mora, Alto Trujillo, El Porvenir.
Yo dirigía radiopatrulla de la zona este, y me designan como jefe de unidad. No había otra finalidad que mostrar presencia policial y levantar sospechosos, prostitutas, indocumentados. Hicimos un convoy con varias unidades, adelante la gente de acá, que conoce y de apoyo los de Lima, para que los vean. Y fuimos a Florencia de Mora, luego pasamos a Alto Trujillo, recogiendo gente y remitiéndola a la comisaría. Como a las once de la noche llegamos a El Porvenir. Yo iba a la cabeza, atrás en otra camioneta el teniente José Monge, atrás otro, atrás otro. En la zona de Sinchi Roca, en una intersección, aparece una moto con tres sujetos. Se le hace alto. No hacen alto. Yo sentí un impacto en la zona lateral de la camioneta. Como íbamos con el arma en la mano, golpeamos pues.
Cayeron heridos los tres de la moto. Tomamos las armas: una pistola, un revólver, un cuchillo. Encargo que lleven a los heridos, pido apoyo para que otra móvil se lleve la moto. La camioneta que llevaba los heridos pasó adelante, yo en segundo lugar, el resto detrás. Desde la central, escuché por radio un mensaje dirigido a la móvil que llevaba a los heridos a Trujillo. Le decía que tuviera cuidado con facinerosos que estaban en su trayecto. En eso llega el mensaje del oficial de adelante, que dice: ‘¡Tengo balacera, apoyo!’ Cuando lo alcanzo, veo a los efectivos levantando un herido. Yo me dedico a levantar las dos armas que quedaron en el piso donde cayó el delincuente. La camioneta cargó a su cuarto herido y partió al hospital. De inmediato entregamos al Ministerio Público todos los elementos necesarios para que se hiciera una investigación. Dio la casualidad que estaba acá el inspector general de la policía, quien nos llamó y luego de escucharnos nos felicitó.
Después Inspectoría envió a un equipo que investigó todo y concluyó que no hubo irregularidades. Pero cuando se hizo la inspección técnico-criminalística la fiscal no fue. Allí estaba la sangre, los casquillos, todo. Y en su informe acusatorio dice que los hechos fueron en otro lado, a más de un kilómetro de distancia de donde yo me enfrenté. Vamos a ver qué dice el juez de todo esto”.
La acusación narra otros hechos. Basada en numerosos testimonios, en su mayoría con reserva de identidad, sostiene que esa noche Elidio Espinoza y sus policías secuestraron y asesinaron a cuatro hombres. Primero intervinieron a Carlos Mariños, quien iba en una motocicleta, subiéndolo esposado a uno de los vehículos policiales. Luego sacaron de sus viviendas, en distintos lugares de El Porvenir, a Víctor Enríquez, Carlos Esquivel y Ronald Reyes. Siempre según la acusación, a este último lo llevaron a la casa de su suegro, Víctor Torres, para que sacara armas que supuestamente allí escondía, pero no encontraron nada y volvieron a subirlo a una camioneta. Finalmente habrían ejecutado a los cuatro detenidos en un lugar despoblado.
A los 13 años, el hoy coronel Elidio Espinoza comenzó a trabajar de vendedor de diarios en Chepén, donde nació, un pueblo a 100 kilómetros de Trujillo. En Lima se hizo guardia civil subalterno, y luego ingresó a la escuela de oficiales. Realizó, entre otros estudios especializados, el curso de comando en el Ejército, y desempeñó varios cargos de importancia en la policía antes de ser jefe del Escuadrón de Emergencia de la zona este de Trujillo. Allí fue cercano colaborador del hoy ministro del Interior Octavio Salazar, cuando en el 2006 este fue nombrado director de la Policía de La Libertad.
Ese año el crecimiento económico de la región se hacía más evidente, y su delincuencia también. Salazar desarrolló una campaña de captura de bandas que dejó una impresión de eficacia. No es un secreto que Salazar, como policía, es también un buen relacionista público. “En todo caso –dijo un oficial– si su gestión producía como cinco, él veía la manera de presentarlo como diez, y esto cuenta tanto para las capturas como para las armas y bienes incautados”. Durante la investigación para esta nota, que incluyó conversaciones confidenciales con policías en actividad y en el retiro, y entrevistas con personajes del círculo delictivo, entre otros informantes, se recogieron versiones de que una política de “limpieza social” empezó a ser concebida en la policía de Trujillo por entonces, aunque nadie aportó evidencias.
Una fuente entregó una grabación en la que se escucha la conversación de un empresario trujillano con varias personas. El empresario dice haber recibido la visita de una autoridad de la policía a la que menciona por su nombre, para solicitarle apoyo económico destinado a financiar la eliminación de delincuentes. El dinero serviría para pagar a los confidentes que brindarían la ubicación de los objetivos.Aunque la grabación es auténtica, el nombre del oficial no es difundido aquí porque fue obtenida sin consentimiento de los participantes y en sí misma no constituye una prueba. Por otra parte, en 2006, durante la gestión del general Salazar, no hubo muertes de delincuentes por enfrentamientos con la policía.
La oleada mortal comienza a mediados del 2007, luego del D.L. 982, y abarca las gestiones de los generales Carlos León, hoy Inspector General, y Raúl Becerra, quien ejerce hasta la actualidad.Desde su posición como jefe del Escuadrón de Emergencia Este, que está en la primera línea de combate con delincuentes, Elidio Espinoza fue involucrándose progresivamente en casos de enfrentamiento con muerte, hasta que fue dueño de un impresionante récord de investigaciones en la fiscalía. A este escuadrón, que Espinoza comandó hasta el 2009, se atribuye la mitad de las muertes. El grado de coronel que ahora ostenta Espinoza le fue entregado en ceremonia pública de reconocimiento el 18 de junio pasado, cuando ya la fiscalía había pedido para él cadena perpetua.
La acción distinguida que le valió el ascenso, según el expediente, fue haber reducido a nuestro conocido José Manuel Reyes Moro, Yuca, en la intervención que terminó con la muerte de este. Cuando diario El Comercio lo publicó en su página web, con el título “Respaldan a coronel denunciado por supuesto escuadrón de la muerte”, se produjo una avalancha de comentarios elogiosos que incluían condenas a la actitud crítica del encabezado.“Mi ascenso tiene como 15 firmas”, dice Espinoza, para dejar en claro que la medida es completamente institucional.
Pero no es un secreto que el coronel goza del respaldo de todos los principales líderes del Partido Aprista de Trujillo. Uno de ellos le pidió al ex ministro Remigio Hernani que ascendiera a Espinoza. Hernani confirmó que hubo una solicitud, pero no quiso identificar al padrino.–Yo me negué a firmar al ascenso porque el oficial tenía varias investigaciones en curso, algunas de ellas sumamente graves –dijo–.Finalmente, la ministra Mercedes Cabanillas firmó el ascenso. Y la posición oficial sigue siendo clara con los policías investigados.
El 28 de octubre, varios de los acusados por las cuatro muertes de El Porvenir fueron ascendidos en ceremonia pública.La investigación sobre las supuestas ejecuciones extrajudiciales en El Porvenir es una de las dos que han llegado al nivel de acusación fiscal. Otra es la referida a la muerte de Alexander Fernández Bazán, “Loco Álex”, el 17 de julio de 2008, con Elidio Espinoza y cinco policías más como imputados. Según la PNP, Fernández, acompañado de dos delincuentes, protagonizó un enfrentamiento armado con efectivos de un patrullero entre las avenidas América Oeste y Jesús de Nazareth.
Pero Juan Julio Príncipe, un testigo que declaró a la fiscal Cecilia Zavaleta, dijo que vio cómo un grupo de policías sacó a Fernández de su cuarto en la calle Copaigua, urbanización La Rinconada. Príncipe estaba allí, en la ducha, cuando los policías vinieron por el Loco Álex, y narró que una vez descubierto, lo cubrieron con una manta y fue conminado a callar. Horas más tarde, Fernández ingresaba muerto al hospital Belén. Tenía los dedos fracturados y cortados.La tercera y última acusación no iba a realizarse. La fiscalía había solicitado archivar la investigación sobre la muerte de Helbert Quevedo Muñoz, quien fue metido a un patrullero por los policías Juan Carlos Isla y Gilberto Rojas la madrugada del 17 de julio de 2008. Salía de una discoteca en el camino a Huanchaco. Los policías que intervinieron admitieron haberlo tenido en su vehículo, donde, según refirieron, empezó a vomitar y a decir tonterías de borracho. Mientras tanto, Eduard Niño, amigo de Quevedo, seguía al patrullero en un taxi, pero lo perdió de vista al cabo de varias vueltas. De acuerdo con la versión policial, el detenido fue dejado en libertad cerca del Óvalo de Huanchaco luego de que mostrara su cédula de identidad, lo que no hizo en el momento de la intervención. El cadáver de Quevedo, con cuatro balazos, fue encontrado en la playa del lugar. El examen toxicológico reveló que no estaba borracho. Aunque los policías tienen un testigo que corrobora que la víctima bajó del patrullero, y las pericias balísticas indicaron que sus armas no habían sido disparadas, el juez no creyó su versión y ordenó hacer la acusación a la fiscalía.
En otro caso, el de Johnny Rafael Reyes Velásquez, Loco Johnny, el fiscal ha concluido la investigación preparatoria. No se sabe si acusará, pero hay varios testimonios calificados, que fueron recogidos para este artículo. Según estos, el 20 de julio de 2008 Reyes fue detenido en los exteriores de su casa, en la urbanización La Alameda. Tres policías, ya identificados por la fiscalía, lo subieron a un patrullero. Juan Niquin Pérez, quien estaba con el Loco Johnny, siguió a su amigo en un taxi, hasta que perdió de vista al vehículo policial. Reyes ingresó muerto al hospital Belén una hora después. Ninguno de los casos descritos fueron determinantes para que las muertes de los delincuentes adquirieran notoriedad. La causa verdadera tiene un nombre: Erica Rodríguez Arce, de 31 años, mujer de César Velásquez, “Chino Malaco”, y hermana de Freddy Rodríguez, “Freddy Platanero”. Cuando la policía mató a Freddy, Érica se convirtió en activista de los derechos humanos de los delincuentes de Trujillo y convirtió el tema en un caso público.Según la policía, Érica es dirigente de la banda “Los Plataneros”, denominada así porque su padre, Enrique Rodríguez, vendía fruta en el mercado de La Esperanza.
En esta versión, su esposo César también pertenece a la banda. Érica explicó para esta nota que ambos se mantienen vendiendo ropa. Durante la entrevista llegó una clienta y fue recibida por el Chino Malaco. Atender periodistas es una obligación que Érica se impone desde el 9 de octubre de 2008.
Ese día, Freddy, Malaco, dos ayudantes y un chofer, trabajaban retirando puertas y ventanas de una vivienda ubicada en Flor de la Canela 805, urbanización El Golf. La madera se las vendió el propietario de la casa, Walter Robles, quien lo confirmó ante la fiscalía. La policía irrumpió para detenerlos. Todos ellos, menos Freddy, estaban junto a un camión contratado para transportar el material, en el exterior del la vivienda. La policía entró, se escucharon disparos, y después Freddy apareció muerto.
Tenía un disparo en la nuca. Había destrozado la médula, de modo que no podía sostener en una mano una pistola y en la otra una granada, como fue presentado el cadáver para el consumo público. Según sus acompañantes, Freddy estaba desarmado, y le fueron sembradas las armas que la policía presentó. En la versión oficial, el disparo que lo mató no fue a quemarropa porque el mayor Johnny Zumarán hizo fuego desde lo alto de una pared exterior, sostenido desde abajo por sus compañeros. El activismo de la hermana del muerto –“Érica Platanera” en la nomenclatura policial– comenzó tratando de demostrar que esta teoría es pura invención.
Ahora cuenta con un dictamen pericial que demuestra que el único disparo fue hecho mientras Freddy estaba arrodillado, a corta distancia y de arriba abajo. Durante la intervención Érica paseaba a su hija en un parque contiguo, haciendo tiempo mientras los suyos terminaban de cargar la madera. Ella está segura de que si la policía llegaba cuando Malaco aún no salía, hubiera perdido no solamente al hermano sino al marido. Reunió a numerosos deudos y formó la “Asociación de Víctimas Ejecutadas Extrajudicialmente en la Libertad por la PNP”. En su caso aún no canta victoria, porque la fiscalía lo ha archivado, pero un juez debe decidir la apelación presentada por su abogado, Carlos Vásquez Boyer.
Tampoco los casos con acusación tienen el éxito asegurado. “Ningún testigo de la fiscalía me ha visto directamente”, dice Elidio Espinoza refiriéndose al expediente de los cuatro muertos de El Porvenir. Vásquez Boyer, que también representa a los familiares de las víctimas en esta causa, tiene un optimismo moderado. Dijo que no se puede asegurar que algunos de los testigos que declararon reservadamente a la fiscalía lo hagan ante el juzgado, exponiéndose a una identificación. Aunque la fiscalía dirige la investigación, la policía tiene la sartén por el mango durante el proceso.
Nada debería ser más fácil que investigar un enfrentamiento a fuego cruzado entre policías y delincuentes. Todas las evidencias están a la mano, a diferencia de los asesinatos en los que se desconocen el ejecutor, el móvil, el autor intelectual. “Pero si se investigan más de 50 muertes supuestamente cometidas por la policía y esta controla las pericias balísticas, ¿qué tipo de evidencias van a resultar?”, dijo un magistrado que no quiso ser identificado. “En este caso, el Ministerio Público debería tener perito independiente, aunque se venga todo el mundo encima”.–Claro, eso necesita mucho coraje –añadió–.
A comienzos de octubre, la policía intervino un camión que supuestamente llevaba mercadería de contrabando destinada a Grover Grados, esposo de Rosa María Vega, la fiscal que pidió cadena perpetua para los 10 policías implicados en las cuatro muertes de El Porvenir. Enterada de lo que ocurría, la fiscal, por teléfono, les dijo a los policías que cometían una arbitrariedad. La mercadería, como se demostró posteriormente, estaba en regla. Según una fuente del Ministerio Público, Grados fue víctima de una operación policial encubierta. La PNP acusó a la fiscal de obstrucción de justicia, y Rosa María Vega está sometida a una investigación interna. El 30 de octubre, las primeras planas de los diarios de Trujillo dieron la noticia: la fiscal Vega renunciaba a seguir atendiendo el caso. “Tira la toalla”, tituló el diario Correo.
Publicado el 16 de Noviembre por la revista "PODER"

jueves, 19 de noviembre de 2009

La ruta del aceite humano en Chile: Pócima milagrosa



A proposito del descubrimiento de una banda de "pishtacos" en las alturas del departamento de Huánuco, que habría asesiando a más de 60 personas para extraerles la grasa corporal y comercializarlas en Alemania a 10 mil dólares el litro... les dejo este relato del uso del aceite humano para cicatrizar heridas en Chile...

Famoso remedio para quemaduras, cicatrices o estrías, la ruta capitalina del ungüento no es tan oculta como podría pensarse. Pese a que está prohibido cualquier comercio con órganos de vivos o muertos, basta ir a una morgue y en cosa de días tendrá su frasco. Sólo depende de que haya algún muerto recién ‘finaíto’.

Un auténtico mito urbano. Con fama de caro y olor a muerto es la respuesta a cualquier problema epidérmico. Consígase aceite humano y échese ahí, dicen las viejas: cura cicatrices, marcas, quemaduras, estrías y manchas varias.

Pero ¿dónde conseguirlo? ¿Quién lo produce? ¿De dónde se saca? Todos saben de su existencia, pero sólo algunos tienen como respuesta “mira esta cicatriz que tenía… y ahora…” No está en las farmacias, ni en las boticas ni en los open market de curanderos. Pero por ahí alguien tiene un dato: “Vaya a cualquiera morgue y pregunte”, me dice Paola, luego de mostrarme su brazo descicatrizado por el ungüento.

Del año del ñauca

Si ahora es tema de médicos antes lo era de brujos, que en el fondo es lo mismo. Sonia Montecinos, en su libro Mitos de Chile cuenta que el aceite humano en Chiloé era usado por los brujos como combustible para encender la luz del makuñ, un chaleco que los hace volar, y también para alimentar el farol que porta el caballo marino cuando lo montan. En la zona de Talca los campesinos decían que la pomada era buscada y extraída por las brujas en los cementerios para ser guardado en botellas. Luego serviría para sanar enfermos graves o para tirarlos en las puertas de las casas donde se quería hacer algún mal. Pura mala onda.

Los jesuitas la llevaban en estos temas. Desde la Colonia hasta su expulsión en 1767 su botica de calle Bandera era famosa. Tanto que el doctor Enrique Laval hizo un libro sobre la Farmacia de la Botica de la orden de Loyola, donde hay un inventario de lo que tenían. Hay aceite de alacrán, hecho ahogando alacranes en aceite de almendras; aceite vulpino, o sea, de ‘un zorro gordo con piel recién mudada’; bálsamo de cachorros (se tomaban 3 perros recién nacidos y se cocían en aceite común, a lo que se agregan lombrices, poleo, mejoría y orégano) o polvos de caballo marino, cangrejos o ungüento de egipcia. Pero de aceite humano ni rastros.

Pero que los jesuitas no lo hayan inventariado es una cosa. Otra es lo que cuentan los aymarás: para ellos los monjes de sotanas largas y capuchones eran de temer. Estos se paseaban por paisajes desolados y en caso de encontrarse con alguien mayor de 50 años con palabras melosas y discursos aduladores lo adormecían. Luego con un cuchillo abrían el borde derecho del abdomen y extraían toda la grasa del cuerpo. La herida era suturada con hilo invisible y el desdichado después ni se acordaba. Claro que a las semanas adelgazaría hasta la muerte. La grasa se usaría para hacer el crisma de los bautismos.

De vuelta en el siglo XX, Jorge Délano contaba en una entrevista a un sepulturero que el principal problema eran las brujas que iban al cementerio a buscar la necrófila pócima. Había que espantarlas a palos.

Mejor ni pregunte

La idea no es funar a nadie, pero comienzo a preguntar y las respuestas van desde que con el sida se prohibió hasta que mejor échese rosa mosqueta o baba de caracol, que son más fáciles de conseguir. Otra idea es el aceite de San Serapio, mercedario martirizado por los moros y hoy patrono de los enfermos. Cada 14 de noviembre hay que ir a la Basílica de la Merced con un poco de aceite de comer que el cura bendice. La idea es ungir con éste la parte enferma del cuerpo o beberlo en caso de ser interno el mal. La fe hace el resto.

Por ahí alguien me suelta el dato de que en un hospital del centro hay un jorobado que trabaja en la morgue al que se lo puedo comprar. Llego al subterráneo del edificio y tengo dos alternativas: un pasillo a mi izquierda dice Casino, el del lado Anatomía Patológica. Pregunto y un funcionario me dice que hace años que está prohibido sacárselo a los finados y que sólo se da a los amigos. Igual voy.

Entro a una sala con refrigeradores viejos de puerta blanca y con camillas metálicas, mientras espero a alguien intruseo un rato y llego a las mesas de autopsia. En los anaqueles hay tantos frascos como olor a formalina. Adentro flotan distintos órganos. Uno grande tiene una etiqueta que no deja ver el contenido. Dice ‘Malformación de Paunne Bell’. La etiqueta es tan grande que ni deja ver al feto deforme. Más allá hay envases plásticos rotulados: testículos, ovarios/tumores, riñones.

Todo hasta que aparece un viejo flaco con cara de autopsia, quien luego de la pregunta me dice que “acá ni cagando”, que no pregunte por esas cosas y que no sirve para nada, ‘puro mito ¿cómo que le van a cerrar una cicatriz con aceite? Usted ni sabe con qué se puede infectar. Le aconsejo que ni pruebe’.

Voy a otro hospital cercano. Aquí a la morgue le llaman necrología y, como en todos lados, está en el lugar más viejo del hospital. Golpeo y sale un funcionario viejo (éste no tiene cara de cadáver), me dice al principio que no, nos fumamos un cigarro y me sale con que vuelva mañana y que por ser a mi el frasquito de “este porte” – me señala haciendo la forma con el pulgar y el índice – me lo deja en tres lucas.

- Es igual que los chicharrones, es grasa que se diluye -me cuenta-, se usa en la noche y se debe lavar antes la zona. La herida, eso sí, no debe ser muy vieja.

No es tan caro como dicen, pero igual dan ganas de hacer un sondeo para hallar una oferta más barata. Así que voy para un viejo hospital de la zona sur.

Acá de nuevo la morgue se llama Anatomía Patológica. Los congeladores están vacíos excepto uno que tiene una etiqueta con un nombre, además de decir cáncer a la próstata, una fecha y un teléfono. El funcionario es joven y también, luego de un cigarro, me cuenta que se saca de la grasa de la guata o del poto; “igual a la grasa cuando compras carne, esa telita blanca o amarilla”, que se echa de noche porque el trajín del día la mayoría de las veces hace arder la piel, que no son pocos los que preguntan aunque él no lo ha probado, y que vale cinco lucas. Regateando lo saco a 2 mil 500. Pero ahora no tiene porque no ha llegado ningún finado, así que “date una vuelta pasado mañana porque demás que me tiran alguno”.

Pregunto si no hay riesgo de alguna enfermedad y me dice que como la cicatriz está cerrada no hay problema, pero igual ellos hacen un trabajo que cumple los estándares de calidad. O sea, que el muerto esté limpio, que no haya fallecido por alguna enfermedad infectocontagiosa y que el producto se entrega esterilizado, que no me preocupe porque ellos se encargan y lo da garantizado.

Me creo el Sernac, así que voy a un tercer hospital y también a un cuarto, claro que esta vez al otro lado de Santiago. Anatomía Patológica está luego de un largo pasillo por donde trasladan a los finados, ambiente perfecto para una saga de Olguín. El tipo a cargo me dice que ya no, pero que igual va a preguntar, que vuelva mañana y que antes se hacía de las liposucciones; “cuando en las operaciones los cabros se sacaban pelotas de grasa que aquí preparábamos”, y que ahora la maquina no lo permite porque va directo al desagüe. Vale 7 lucas y, regla económica, se nota que hay intermediarios. Demasiado caro, pienso, así es que voy al hospital del frente.

Tiene la morgue en el subterráneo como todos, claro que no parece morgue sino supermercado. Acá es más difícil porque hay secretarias, mesones y guardias de por medio. Así que espero que salga alguien con cara de deudo. Al rato aparece el típico hombre de traje verde que se nota que es intermediario: me cobra 5 lucas. Por estos lados todos sacan su parte.

La movida segura

Por ahí me cuentan que en el Médico Legal un tipo iba donde la vieja de las sopaipillas para comprarle un poco de aceite, del más quemado. Así que hay que buscar una movida segura. Un lugar de seriedad en el rubro de los aceites humanos son los módulos de anatomía de las universidades. Anatomía Normal se llaman.

Llego a una y me topo con el típico funcionario celoso. Me cuenta que se saca de la grasa del cadáver, que su receta es a baño maría y que se mezcla con Crema Lechuga. “Ninguna otra crema porque las demás no sirven y lo cortan”. Pero que no siga con preguntas porque acá no se consigue. Está prohibido.

No me creo cámara del Canal 13 con voz de denuncia, pero igual me doy la vuelta y entro por la parte de atrás del edificio. Llego al subterráneo y éste si que la lleva. En una sala descansan 7 o más cadáveres tapados con mantas verdes, en una mesa también hay igual número de cráneos. Cruzo otra puerta y lo que hace Becerro con los perros no es nada comparado con esto. Cuerpos disecados de distintos portes y edades yacen parados cruzados por fierros de pies a cabeza. A muchos le hicieron una lobotomía y se la dejaron expuesta por lo que es fácil auscultar un cerebro; los órganos han sido pintados de colores, lo que le da un toque salsero al asunto.

Aparece el funcionario de turno y sin rodeos ni nada me dice que vale 10 lucas la cajita. ¿No era un frasco?, pregunto. Y me responde que ellos lo entregan ya listo con Crema Lechuga, llegar y echar, y que se esparce para un lado solamente y no haciendo círculos. Se echa de noche y éste si que es de calidad.

Sana, sana potito de rana

Aún no he encontrado quien haya probado la pócima y no le haya dado resultados. Valeria Ahumada se quemó con leche a los 2 años en el cuello, ella era de Temuco, un médico le consiguió aceite humano, la mamá le echó y hoy me muestra que no tiene nada. Una página de internet que promociona aceite de emú, dice que tiene características naturales similares al aceite humano para fines cosméticos y terapéuticos. Hay 3 ácidos grasos esenciales que ambos aceites contienen: Oleico, Palmitico y Linoleico.
Alicia Escobar a los 3 años se cortó la cara con un alambre de púa que le dejó una cicatriz que le cruzaba la nariz de ojo derecho a mejilla izquierda. Como su marido trabajaba en un hospital militar se consiguió la obituaria pócima. “Me habré echado unas 3 veces y eso que pasado los 30 años y mira…”. Se saca los lentes y muestra su cara sin rastro alguno de cicatriz.

Juan Honeyman sí que sabe de esto. Y no porque se haya cortado sino porque es director del departamento de Dermatología de la Universidad de Chile. Cuenta que ‘la experiencia con aceite humano es de muchos años y sirve para mejorar la cicatrización y bajar keloides, o sea cicatrices hipertróficas’. Claro que el mito es más grande porque según el médico “no está aún científicamente demostrado y los estudios hechos dan cuenta de que no es un beneficio tan espectacular y lo importante es la lubricación y el masaje de la cicatriz’. Es más, ‘incluso el aceite de comer o el de rosa mosqueta es efectivo y basta con el roce para mejorar una cicatriz”.

Con respecto a la preparación reconoce que depende de la calidad de la grasa y que al no ser ésta soluble una buena preparación debe incluir alcohol luego de ser puesta a hervir. Sólo es necesario una buena freidora.

El secreto es la preparación

Una buena preparación se hace en base a grasas sacadas del estómago. Se cortan, se pueden diluir a baño maría o en un sartén. Luego debe agregarse alcohol para que no se solidifique y se vende en tubos de ensayo o envases de penicilina.

Si es por precio los más baratos se encuentran en los hospitales de la zona sur de Santiago a 3 ó 4 mil pesos, depende de su capacidad de regateo, claro que sin boleta. Si lo que busca es calidad, vaya a una escuela de Medicina, donde le costará entre 5 a 10 mil pesos. Certificado, eso sí.

Para usarse debe ser untado con crema Lechuga, no otra porque se corta, y debe esparcirse en forma lineal, no circular, preferentemente durante la noche luego de haber lavado la herida, quemadura, mancha o estría que no se quiera. Un tratamiento consistente en un par de meses borra la cicatriz y usted entrará al selecto grupo de los que pueden mostrar un brazo, cuello u otra parte del cuerpo y decir orgullosos: “Aquí tenía una cicatriz, milagros del aceite humano”. (Reportaje de Mauricio Becerra en ‘La Nación’).

miércoles, 18 de noviembre de 2009

SOBRE ESPIAS Y TRAICIONES...


Creo que solo nos muestran la punta del iceberg, como siempre, a ver si analizan estos comentarios de este muy informado y recomendable blog (elgrancomboclub):

1. Difícil vecindad

No hay que sorprenderse. Tenemos una relación conflictiva con los países vecinos. En lo que recuerde, hemos tenido conflictos y guerras en 1975 (Tacna), 1981 (Falso Paquisha), 1983 (Malvinas), 1995 (Cenepa) y desde comienzos del presente siglo, hemos tenido un recrudecimiento de las tensiones con los vecinos sureños. Es como alguien que tiene algún tema de salud que tiene que cuidar y vivir con él. Tiene que tomar sus precauciones. No hay por qué desesperarse, ni quemar banderas, ni hacer mala sangre. Hay que tomar medidas. Como dice un proverbio francés, las buenas cuentas hacen los buenos amigos. Toca, pues, i) cuidar la paridad militar en todo momento y ii) que haya reciprocidad en las relaciones políticas y económicas.

i) El país necesita tener una capacidad disuasiva a nivel militar. El vecino puede subestimarnos. Da igual. Lo importante es que nosotros mismos no nos subestimemos. Ya se vio la reacción chilena ante
El cohete Paulet 1 y el Scud. Hubo preocupación. Supuestamente el vecino tiene la superioridad militar, pero cuidado.

ii) La defensa nacional no es algo aislado de las relaciones económicas. En la discusión de la ley de reciprocidad se vio con claridad que la tecnocracia tenía mucho mayor poder que los militares peruanos. Ya es ridículo que los vecinos tengan leyes que restringen la inversión en sus puertos, y el Perú no las tenga. Ver
¿Ley Giampietri o ley de reciprocidad y seguridad nacional?.
En Chile durante el gobierno del Pinochet hubo diversos debates ganados por los militares sobre la tecnocracia, puño de Pinochet golpeando la mesa incluído: la ley del cobre y la no privatización de las pensiones militares, entre otros. (Si las AFPs son tan buenas, ¿por qué un gobierno militar excluye a los militares de las mismas?). Ver Los militares chilenos y su relación con los Estados Unidos.

En el Perú durante el fujimorismo pareciera que todos los debates los hubiera ganado la tecnocracia, siguiendo una táctica de perfil bajo. Los militares chilenos, encabezados por Pinochet Ugarte, son los héroes del paseo; los militares peruanos, encabezados por Velasco Alvarado, son los villanos. Ambos gobiernos militares fueron gobiernos institucionales de las fuerzas armadas. Mientras Chile se quedó con las minas y no revirtió la nacionalización allendista, el Perú lo primero que hizo fue revertir la nacionalización velasquista.

Los militares peruanos, jaqueados por el terrorismo y apocados por su velasquismo, subordinaron cualquier consideración geopolítica o social a lo que les impusiera la tecnocracia. Ahora estamos en la ridícula situación de permitir en el país lo que los países vecinos no permiten y haber “privatizado” para que empresas estatales extranjeras se hagan de la extracción de recursos ver El estado es mal empresario (excepto cuando es extranjero).

2. Un espía más, ¿importa?

Dada la relación conflictiva en la región, no de hace siglo y cuarto, sino de las últimas décadas, no deberían parecernos noticias que haya un espía de ciudadanía peruana para otro país. Montesinos fue uno de ellos, y miren cuán lejos llegó. Los espías de ciudadanía peruana fusilados en los setentas. Los espías de ciudadanía peruana del ecuatoriano de “Muerte en el Pentagonito”, que al parecer acabó incinerado. Los espías chilenos del consulado argentino en Punta Arenas. Los espías de la CIA en los setentas, como supuestamente fue Gonzáles Posada; los espías de la KGB en Lima. Sin embargo, a diferencia de otros casos de perfil bajo en tiempo real, como el del espionaje ecuatoriano en el Perú, el reciente caso ha sido de perfil alto, filtrado via RPP. ¿Por qué?

3. ¿Juez y parte?

P21 lo contaba así:
Chile recibe hoy las pruebas del espionaje. ¿El Perú presenta pruebas ante el país al cual se acusa de espionaje? ¿No debería presentar esas pruebas ante la OEA o ante la ONU? Muchas palabras como “republiqueta”, pero ¿qué acción real se está tomando ante el tema? ¿Por qué sale al aire el tema, si no se puede acusar con certeza al país vecino?
4. ¿Otra vez la manipulación de la opinión pública?

Hace unos días Francisco Durand escribió en
De regreso a los tiempos de la oligarquía :
Como bien dijera Ortiz de Zevallos, en las elecciones “mucha gente pobre es fácilmente persuadida”

Y como bien dijera Alfredo Zitarrosa:

Para mí no hay más “entuerto”que la astucia del “mandón”:ése es malo, éste es peory aquél es bueno del todo…–la cosa es hallar el modo de separarnos mejor.Hay una cosa evidentey hay que decirlo también:que el que manda sabe biencomo engañar a la gente.

Y para variar, el espía viene cuando
la caída de aprobación de García se consolida.A Presidente García se reunirá con líderes políticos por caso de espionajeJusto antes de una jornada de protesta el 26 de noviembre. El caso le ha venido bien al arrinconado García.

5. Bien Piñera

El asunto del espía revienta en plenas elecciones chilenas, incluso justo antes de un debate presidencial, ayer. Y los medios peruanos alineados con el gobierno de García no han ocultado su simpatía por el candidato derechista. Muy explícitamente lo plantea el director de P21 en
Tambores de guerra

Esperamos que un futuro gobierno chileno liderado por Piñera, sin canon del cobre y sin tener que demostrarles a los conservadores que no le tiembla la mano, permita construir una relación bilateral madura y pragmática.

El ideal de estos sectores es un gobierno-empresario en Chile que traiga más negocios chilenos en el Perú. Du Bois no se ha cortado un pelo en atacar a la Concertación y a “la socialista Bachelet”:

Este punto es fundamental porque ha sido justamente la bonanza del cobre –los ingresos para las compras de armamento han sido de 5,300 millones de dólares en los últimos cuatro años– lo que, sumado a una necesidad de la socialista Michelle Bachelet de querer demostrar que es dura en los asuntos militares, ha facilitado el desarrollo de la carrera armamentista en la que se encuentra nuestro vecino.

Se vincula a la socialista Bachelet con la ley del cobre, dándole al armamentismo sureño una connotación “socialista”, cuando en Chile simplemente hay consenso nacional a favor las empresas públicas y el uso de sus excedentes en bienes también públicos, como es su defensa nacional.

6. ¿Bases americanas en el Perú?

Algunos columnistas no han tardado mucho en apuntarse a pedir bases americanas en el Perú y hasta una “mini-OTAN” con Colombia, como mecanismo de defensa ante la “amenaza chilena”. Estos pedidos vienen de los sectores más distantes a tener una política proactiva en la defensa nacional. Han pasado de golpe de ser palomas a ser halcones.

Han sido notorios los casos de Mirko Lauer en
Chile-Perú: un espía en el engranaje bilateral:

En este contexto termina volviéndose tentador un pacto faustiano a la colombiana, que utilice el acceso de los EEUU a nuestros aeropuertos y bases para robustecer nuestra capacidad de enfrentar al narcosenderismo y compensar así de alguna manera el creciente desbalance militar que nos impone nuestro próspero vecino del sur.

Ahora pide bases americanas. Cuando aquí se debatió escenarios bélicos Perú-Chile se burló diciendo:

Con ánimo más lúdico, sin embargo algunos blogs interesados en el tema han empezado a jugar con hipótesis de guerra, mismo Playstation.

Ver
aquí, LD.

Y de Aldo Mariátegui en
Las aristas de Ariza:

- Tal vez ya es hora de plantearnos un tratado militar de asistencia recíproca en caso de guerra con Colombia, una mini OTAN para contener a los belicosos Chile y Venezuela, aunque se correría el riesgo de echar a Ecuador en los brazos mapochinos.

Este último tiene un problema de coordinación, pues antes dice “Muy bien que le vendamos electricidad a Ecuador. Es necesario mantener a Quito lejos de la órbita chilena”. Ni EEUU ni Colombia se van a meter en un conflicto con Chile, pues. Ni Ecuador va alejarse de la órbita chilena porque el Perú le venda electricidad. El Perú tiene que basarse en sus propias fuerzas. Nótese cómo se aprovecha el tema del espía para deslizar que el Perú debería aceptar bases americanas o un pacto con Colombia, históricamente neutral o en nuestra contra.

A Otra vez Aldo M:
¿La solución colombiana?:
Dada la aplastante superioridad militar chilena y las amenazas de Hugo Chávez junto a su esbirro Evo, tal vez ya deberíamos ir pensando en una alianza militar -a lo OTAN- con Colombia. No sólo ganaríamos un aliado poderoso y con el padrinazgo yanqui (que debimos buscar ofreciéndole bases), sino que ya sería mucho más difícil que el mundo tolere una agresión múltiple en Latinoamérica sin intervenir. Brasil también podría ser un buen candidato para aliado.

Y no sólo es esta prensa, sino el mismo ministro de defensa Rey:
Ministro peruano lamenta que EE.UU. no tenga base militar en su territorio
Gran error e irresponsabilidad basar la defensa nacional en otros.

6. ¿Fuerzas armadas al servicio de los empresarios mineros o del país?

El general Roberto Chiabra señaló en el programa de la abogada Rosa María Palacios la contradicción de los empresarios, en particular mineros, con las fuerzas armadas. No quieren aportar a las fuerzas armadas, pero a la que tienen problemas con las comunidades campesinas y nativas ya piden una base militar. Que el estado los defienda de otros peruanos, perjudicados por su contaminación.

7. Uri, no le pidas pepas al olmo

El director de La Razón le tira su tiza a los blogstars,
aquí:
(De paso, este affaire ha servido para que las bitácoras se caigan del tercer piso al sótano. No vemos en ellas ninguna pepita. Desde sus úteros virtuales pontifican mucho sobre el “nuevo periodismo”, pero ante la noticia más importante en años se limitan a rebotar lo publicado en los diarios “tradicionales”).

Para sacar una “pepa” en un tema como este, tendría que tratarse de una suerte de bloguero espía, o como los soldados americanos que escriben blogs y ponen fotos exclusivas, o videos con escenas de guerra (tal vez se puedan ganar con algo así en un Starbucks). Por lo demás, los blogs son un medio: aportan lo que sus autores tienen que ofrecer. En el presente blog los temas geopolíticos, históricos y la defensa nacional han sido tratados intensiva y extensivamente.

Algunos posts:-
¿Mar de la Concordia?- Guerra Perú-Chile- ¿Para qué fue Charaña?Y hay varios otros, ver en el buscador del blog.

8. Los que ustedes dejaron pasarEn
Combitos geopolíticos contaba:

Durante la ocupación chilena de Lima, hace siglo y medio, una mujer, limeña, era acusada y acosada por nuestros compatriotas, “¿Con cuántos chilenos estuviste?”, le preguntaban, en tono de burla y reproche por compartir cama con el invasor. Y ella sin inmutarse les respondió: “Con todos los que ustedes dejaron pasar”.

Ahora los predios fujimoristas despiden antichilenismo por todos lados. Pero…¿no fue acaso durante el fujimorismo que vinieron las inversiones chilenas al Perú? ¿No pensaron entonces en la defensa nacional?

9. Repetición de la historia

Fujimori visitó Quito y fue ovacionado en su primer gobierno; sin embargo, esto no impidió que en 1995 viniera la guerra del Cenepa. García hizo algo parecido. Bachelet estuvo al lado de García en el desfile militar peruano y ya tenemos un conflicto servido…

10. Presencia americana

Luego de la guerra del Cenepa, los Estados Unidos como país garante desarrollaron un programa de fronteras. Hoy la USAID tiene una clara presencia en la frontera peruana con el Ecuador, ver
Fronteras Transnacionales, donde coincidentemente se ubican las empresas extractivas americanas. Estados Unidos siguió de cerca ese conflicto (y obtuvo una base militar en Manta después del mismo).

Los Estados Unidos también tuvieron una presencia muy evidente en los conflictos tenidos con Chile (y Bolivia más). De hecho nuestras relaciones han estado mediadas por los Estados Unidos. Así fue al final de la guerra del Pacífico, en el Tratado de 1929, en la casi guerra de mediados de los setentas, y así parece ser ahora….A EEUU ya intervino en el tema: EE.UU. pide a Perú y Chile que resuelvan sus diferencias a nivel bilateral .

11. Antichilenismo americano

Al gobierno americano le disgustó la orientación del gobierno chileno frente al golpe de Honduras y por la readmisión de Cuba en la OEA,
aquí. Desde entonces, la prensa peruana ha emprendido sus baterías contra Insulza y Bachelet.

Notemos este detalle:
Gonzáles Posada: Perú no debe votar por reelección de Insulza en la OEA
El (ex)agente de la CIA, ni corto ni perezoso, se apuntó a la presión sobre Insulza. Mientras Estados Unidos le caía, con Hillary Clinton a la cabeza, por Cuba y Honduras, Gonzáles Posada le caía desempolvando la venta de armas a Ecuador y el armamentismo (que tampoco es de ahora). Notemos la frecuencia con que Gonzáles Posada opina de política internacional, siempre allineado con el tío Sam.

12. Política exterior independiente

El Perú necesita una política exterior indedependiente. No necesitamos ni tenemos que alinearnos con nadie, que tampoco nos defenderá. Ni bases, ni miniotanes, ni Piñeras. Tampoco hay que exagerar el ruidoso tema del espía. Menos ruido y más Paulets.
13. A tener en cuenta:

-
Alan García, el espía y los bloggers chilenos
- Militar peruano acusado de espionaje a favor de Chile
- A una semana de la revisión de la condena a Fujimori
- Confusión por el espía

viernes, 13 de noviembre de 2009

Gonzales-Posada debe una explicación al Perú por espiar para la CIA.- Suboficial FAP y macrocefálico alanista son delincuentes de la misma condición

Vasili Mitrokhin y "The world was going our way": El Archivo Mitrokhin sindica a Luis Gonzales-Posada como agente de la CIA desde los años del gobierno de Velasco Alvarado.


Con el cinismo que lo caracteriza, Luis Gonzales-Posada Eyzaguirre acaba de declarar que Chile le debe una explicación al Perú por el caso del avionero FAP que alimentaba de información al espionaje chileno.

Lo que nosotros le decimos a Gonzales-Posada es que él le debe no sólo una sino muchas explicaciones al Perú exactamente por la misma razón, es decir por servir como instrumento operativo de la CIA desde los años del régimen de Velasco Alvarado.

¿En qué nos basamos para acusar de espía al macrocefálico vocero de la ratonera alanista? La explicación la presentamos en este blog el sábado tres de febrero de 2007 (http://cavb.blogspot.com/2007/02/gonzales-posada-agente-de-la-cia-segn.html):
Vasili Nikitich Mitrokhin fue uno de los principales miembros del Servicio de Inteligencia y Seguridad de la Unión Soviética (KGB). Nacido en Yurasovo, Rusia en 1922, entró a trabajar en la Komitet Informatsii (KI) en 1948. Debe recordarse que el KI fue el organismo de espionaje en el exterior que antecedió a la KGB.

El rol que cumplió Mitrokhin dentro del KI y luego en la KGB fue responsabilizarse del Archivo Central de la Inteligencia Extranjera (FCD). Mitrokhin trabajó como archivero principal y estuvo a cargo de verificar y garantizar la integridad de aproximadamente trescientos mil archivos, lo que le permitió acceso irrestricto a la base de datos de la KGB.

Durante doce años, Mitrokhin trascribió detallada y pulcramente los principales documentos de la KGB. Desertó a Inglaterra en 1992 y entregó el archivo de la KGB (conocido hoy internacionalmente como Archivo Mitrokhin) a la agencia británica de inteligencia MI6. Dicho Archivo expone los secretos de las actividades mundiales de la inteligencia soviética entre 1917 y 1984.

Mitrokhin murió en el año 2004. Al año siguiente se publicó póstumamente el libro que escribió en forma conjunta con Christopher Andrew titulado The world was going our way (New York: Basic Books). Basándose en el Archivo Mitrokhin, su tema central fue la revelación de las actividades de la KGB en las naciones del Tercer Mundo. El capítulo cuarto se refiere a las actividades de la KGB en países con "regímenes progresistas" como el del general Velasco Alvarado en el Perú.

Mitrokhin y Andrew explican que la oficina de la KGB en Lima estableció y mantuvo especiales lazos de cooperación con el Servicio de Inteligencia Nacional (SIN) del régimen velasquista. Como producto de esa cooperación, la KGB logró desarticular importantes brazos de operación de la inteligencia estadounidense en el Perú. En la página 64 de The world was going our way, los autores señalan que los principales logros de la cooperación entre la KGB y el SIN velasquista fueron cuatro:

1) La expulsión del Perú de una serie de funcionarios de la CIA.
2) La reducción de las actividades en el Perú del Cuerpo de Paz de los EE.UU.
3) La eliminación de las actividades en la selva peruana del Instituto Lingüistico de Verano.
4) La revelación a círculos gubernativos del rol como agente de la CIA cumplido por un familiar directo de la señora Consuelo Gonzales-Posada de Velasco, esposa del general Velasco.
La nota manuscrita y la transcripción en el Archivo Mitrokhin se encuentran en la Sección K-22, página 188. En el libro The world was going our way, la referencia del archivista Mitrokhin y de Andrew es la siguiente: "A relative of President Velasco's wife, occupying 'a high position' in the administration, was exposed as, allegedly, a CIA agent."

A pesar de no indicarlo explícitamente en el libro, es obvio que el familiar mencionado es el "cuñadísimo" de Velasco, Luis Gonzales-Posada, quien operó en el Seguro Social y en el diario La Crónica durante la dictadura velasquista.

¿Qué fue de la vida de Gonzáles-Posada después de la dictadura militar? Es del dominio público que desde los años ochenta y hasta el día de hoy, Gonzales-Posada es el principal asesor político de Alan García Pérez. Curiosamente debe recordarse que durante la dictadura fujimorista, Gonzáles-Posada recibió especiales atenciones y seguridad reforzada ordenadas por otro personaje siniestro que creció a la sombra del velasquismo. Nos referimos a su colega en el servicio de entidades extranjeras de espionaje, el delincuente Vladimiro Montesinos Torres.
Fuente: blog de César Vásquez Bazán

lunes, 9 de noviembre de 2009

El secreto de Guantánamo

Estados Unidos, Imperio de la barbarie

El secreto de Guantánamo

por Thierry Meyssan*

Usted cree quizás que está informado sobre lo sucedido en Guantánamo y le sorprende que el presidente Obama no logre cerrar ese centro de tortura. Pues se equivoca. Usted no conoce la verdadera finalidad de ese dispositivo y lo que lo hace indispensable para la actual administración. ¡Cuidado! Si lo que usted quiere es seguir pensando que existen valores comunes entre nosotros y Estados Unidos y que debemos seguir siendo aliados de Washington, absténgase de leer este artículo.
Detenido a la salida de una sesión de “acondicionamiento” en Guantánamo.
Todos recordamos las fotos de torturas que circularon por Internet. Se presentaban como trofeos de guerra que habían recogido unos cuantos soldados estadounidenses. Pero, al no poder verificar su autenticidad, los grandes medios de difusión no se atrevían a reproducirlas. En 2004, la cadena CBS les dedicó un reportaje. Comenzó así un gran movimiento de denuncia de los malos tratos infligidos a los iraquíes.

La cárcel de Abu Ghraib demostraba que la supuesta guerra contra la dictadura de Sadam Husein era en realidad una guerra de ocupación como cualquier otra, con la misma secuela de crímenes. Washington aseguró, como era de esperar, que se trataba de excesos cometidos a espaldas de los mandos por unos cuantos individuos no representativos, calificados como «manzanas podridas». Algunos soldados fueron arrestados y juzgados para que sirvieran de ejemplo. Y se cerró el caso hasta las siguientes revelaciones.

Simultáneamente, la CIA y el Pentágono iban preparando a la opinión pública, tanto en Estados Unidos como en los países aliados, para un cambio de valores morales. La CIA había nombrado un agente de enlace con Hollywood, el coronel Chase Brandon (un primo de Tommy Lee Jones), y contratado a célebres escritores (como Tom Clancy) y guionistas para escribir nuevos guiones para películas y series de televisión. Objetivo: estigmatizar la cultura musulmana y banalizar la tortura como parte de la lucha contra el terrorismo. Como ejemplo de ello, las aventuras del agente Jack Bauer, en la serie 24h, han sido abundantemente subvencionadas por la CIA para que cada temporada llevara un poco más lejos los límites de lo aceptable.

En los primeros episodios, el héroe intimida a los sospechosos para sacarles información. En los episodios siguientes, todos los personajes sospechan unos de otros, y se torturan entre sí, con más o menos escrúpulos y cada vez más seguros de que están cumpliendo con su deber. En la imaginación colectiva, siglos de humanismo fueron así barridos y se impuso una nueva barbarie.

Esto permitía al cronista del Washington Post, Charles Krauthammer (que además es siquiatra) presentar el uso de la tortura como «un imperativo moral» (sic) en estos difíciles tiempos de guerra contra el terrorismo.

La investigación del senador suizo Dick Marty confirmó al Consejo de Europa que la CIA había secuestrado a miles de personas a través del mundo, entre ellas varias decenas –posiblemente cientos– habían sido secuestradas en territorio de la Unión Europea. Vino después la avalancha de testimonios sobre los crímenes perpetrados en las cárceles de Guantánamo (en la región del Caribe) y de Baghram (Afganistán). Perfectamente acondicionada, la opinión pública de los Estados miembros de la OTAN aceptó la explicación que se le dio y que tan bien cuadraba con las novelescas intrigas que la televisión le venía sirviendo: para poder salvar vidas inocentes Washington estaba recurriendo a métodos clandestinos, secuestrando sospechosos y haciéndolos hablar mediante métodos que la moral pudiera rechazar pero que la eficacia había hecho necesarios.

Fue a partir de esa narración simplista que el candidato Barack Obama se levantó contra la saliente administración Bush. Convirtió la prohibición de la tortura y el cierre de las prisiones secretas en medidas claves de su mandato. Después de su elección, durante el periodo de transición, se rodeó de juristas de muy alto nivel a los que encargó la elaboración de una estrategia para cerrar el siniestro episodio. Ya instalado en la Casa Blanca, dedicó sus primeros decretos presidenciales al cumplimiento de sus compromisos en la materia. Aquella prontitud conquistó a la opinión pública internacional, suscitó una inmensa simpatía hacia el nuevo presidente y mejoró la imagen de Estados Unidos ante el mundo.

El único problema es que, al cabo de un año de la elección de Barack Obama, se han resuelto unos cientos de casos individuales pero en el fondo nada ha cambiado. El centro de detención creado por Estados Unidos en su base militar de Guantánamo sigue ahí y no hay esperanzas de cierre inminente. Las asociaciones de defensa de derechos humanos señalan además que los actos de violencia contra los detenidos han empeorado. Al ser interrogado sobre el tema, el vicepresidente estadounidense Joe Biden declaró que mientras más avanzaba en el expediente de Guantánamo, más cosas que hasta entonces ignoraba iba descubriendo. Y después advirtió a la prensa, enigmáticamente, que no se podía abrir la caja de Pandora. Por su parte, el consejero jurídico de la Casa Blanca, Greg Craig, quiso presentar su renuncia, no porque considere que haya fallado en su misión de cerrar el centro, sino porque estima en este momento que se le ha dado una misión imposible.

¿Por qué el presidente de los Estados Unidos no logra que lo obedezcan en su propio país? Si ya todo está dicho sobre los abusos de la era Bush, ¿por qué se habla ahora de una caja de Pandora y qué es lo qué es lo que causa tanto temor?

El problema es que el sistema es en realidad mucho más extenso. No se trata solamente de unos cuantos secuestros y una prisión. Y lo más importante es que su finalidad es radicalmente diferente de lo que la CIA y el Pentágono le han hecho creer al público. Antes de emprender este descenso al infierno, es conveniente aclarar algo.

El secretario de Defensa Donald Rumsfeld participó en las reuniones del Grupo de los Seis, que se encargó de escoger las formas de tortura que debían aplicar los militares estadounidenses. Aquí vemos a Rumsfeld durante visita a la cárcel de Abu Ghraib (Irak).

Contrainsurgencia

Lo que hizo el ejército estadounidense en Abu Ghraib no tenía nada que ver, por lo menos al principio, con los experimentos que está realizando la US Navy [la Marina de Guerra de los Estados Unidos] en Guantánamo y en sus otras prisiones secretas. Se trataba entonces simplemente de lo que hacen todos los ejércitos del mundo cuando se transforman en policía y se enfrentan a una población hostil. Tratar de dominarla a través del terror. En este caso, las fuerzas de la coalición reprodujeron [en Irak] los crímenes que los franceses cometieron durante la llamada batalla de Argel contra los argelinos, a los que además los franceses seguían llamando «compatriotas». El Pentágono recurrió al general francés retirado Paul Aussaresses, especialista en «contrainsurgencia», para que se reuniera con los oficiales superiores.

Durante su larga carrera, Aussaresses acompañó a los Estados Unidos dondequiera que Washington emprendió «conflictos de baja intensidad», principalmente en el sudeste asiático y en Latinoamérica.

Al término de la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos instala dos centros de entrenamiento en esas técnicas, la Political Warfare Cadres Academy (en Taiwán) y la School of Americas [conocida en español como Escuela de las Américas] (en Panamá). En ambas instalaciones se impartían cursos sobre la tortura destinados a los encargados de la represión en el seno de las dictaduras asiáticas y latinoamericanas.

Durante los años 1960 y 70, la coordinación de ese dispositivo se desarrollaba a través de la World Anti-Communist League, de la que eran miembros los jefes de Estado interesados [1]. Aquella política alcanzó considerable extensión durante las operaciones Phoenix en Vietnam (“neutralización” de 80,000 individuos sospechosos de ser miembros del vietcong) [2] y Cóndor en América Latina (“neutralización” de opositores políticos a escala continental) [3]. El esquema de articulación entre las operaciones de limpieza en las zonas insurgentes y los escuadrones de la muerte se aplicó exactamente de la misma manera en Irak, sobre todo durante la operación Iron Hammer [4].

La única novedad en el caso de Irak es la distribución entre los soldados estadounidenses de un clásico de la literatura colonial, The Arab Mind, del antropólogo Raphael Patai, con un prefacio del coronel Norvell B. De Atkine, jefe de la John F. Kennedy Special Warfare School, nueva denominación de la siniestra Escuela de las Américas desde que ésta se mudó a Fort Bragg (en Carolina del Norte) [5]. Este libro, que presenta en tono doctoral toda una serie de estúpidos prejuicios sobre los «árabes» en general, contiene un célebre capítulo sobre los tabúes sexuales, utilizados en la concepción de las torturadas aplicadas en Abou Ghraib.

Las torturas perpetradas en Irak no son simples casos aislados, como afirmó la administración Bush, sino que se integran en toda una estrategia de contrainsurgencia. La única forma de ponerles fin no es la condena moral sino la solución de la situación política. Pero Barack Obama sigue dilatando el retiro de las fuerzas extranjeras que ocupan Irak.

Exitoso autor, inventor de la psicología positiva, profesor de la universidad de Pensilvania y ex presidente de la American Psychological Association, Martin Seligman supervisó las torturas experimentales aplicadas a los prisioneros en Guantánamo.

Los experimentos del profesor Biderman

Fue con una perspectiva muy diferente que el profesor Albert D. Biderman, siquiatra de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, estudió para la Rand Corporation el acondicionamiento de los prisioneros de guerra estadounidenses en Corea del Norte.

Mucho antes de Mao y del comunismo, los chinos habían perfeccionado refinados métodos destinados a quebrar la voluntad de un detenido e inculcarle el deseo de hacer confesiones. Su uso durante la guerra de Corea dio ciertos resultados. Prisioneros de guerra estadounidenses confesaban con toda convicción ante la prensa crímenes que quizás no habían cometido.

Biderman presentó sus primeras observaciones durante una audiencia en el Senado, el 19 de junio de 1956, y más tarde, al año siguiente, ante la Academia de Medicina de Nueva York (Ver documentos disponibles en línea a través del vínculo que aparece al final de este artículo).

Biderman definió 5 estados a través de los cuales transitan los «sujetos»:

1. Al principio el prisionero se niega a cooperar y se encierra en el silencio.

2. Mediante una mezcla de brutalidades y gentileza, es posible hacerlo pasar a un segundo estado en que se le induce a defenderse de las acusaciones que se le hacen.

3. Posteriormente el prisionero empieza a cooperar. Sigue proclamando su inocencia pero trata de complacer a sus interrogadores reconociendo que quizás ha cometido alguna falta sin querer, por accidente o por descuido.

4. Cuando transita por la cuarta fase, el prisionero está ya completamente desvalorizado a sus propios ojos. Sigue negando las acusaciones de que es objeto, pero confiesa su naturaleza criminal.
5. Al final del proceso el prisionero admite ser el autor de los hechos que se le imputan. Incluso inventa detalles complementarios para acusarse a sí mismo y reclama que se le castigue.

Biderman examina también todas las técnicas utilizadas por los torturadores chinos para manipular a los prisioneros: aislamiento, monopolización de la percepción sensorial, cansancio, amenazas, gratificaciones, demostraciones del poder de los carceleros, degradación de las condiciones de vida, formas de sometimiento. La violencia física tiene un carácter secundario, la violencia sicológica se hace total y tiene carácter permanente.

Los trabajos de Biderman sobre el «lavado de cerebro» adquirieron una dimensión mítica. Los militares estadounidenses empezaron a temer que el enemigo pudiera utilizar contra Estados Unidos a los propios soldados estadounidenses ya acondicionados para decir cualquier cosa y quizás para hacer también cualquier cosa. Concibieron entonces un programa de entrenamiento destinado a los pilotos de caza estadounidenses para lograr que éstos se volvieran refractarios a aquella forma de tortura y evitar que el enemigo pudiera “lavarles el cerebro” si caían prisioneros.

Dicha forma de entrenamiento se denomina SERE, siglas que corresponden a Supervivencia, Evasión, Resistencia, Escape (Survival, Evasion, Resistance, Escape). En sus inicios, este curso se impartía en la Escuela de las Américas, pero hoy se ha extendido a otras categorías del personal militar y se imparte en varias bases. Este tipo de entrenamiento se ha implantado además en cada uno de los ejércitos que forman parte de la OTAN.

La decisión de la administración Bush, después de la invasión de Afganistán, fue utilizar esas técnicas para lograr inducir a los prisioneros a hacer confesiones que demostrarían, a posteriori, la implicación de Afganistán en los ataques del 11 de septiembre, validando así la versión oficial sobre los atentados.

Se procedió a construir nuevas instalaciones en la base naval estadounidense de Guantánamo y comenzó allí la realización de experimentos. La teoría del Albert Biderman se completó con los aportes de un psicólogo civil, el profesor Martin Seligman, conocida personalidad que fue presidente de la American Psychological Association.

Seligman demostró que la teoría de Ivan Pavlov sobre los reflejos condicionados tenía un límite. Se pone un perro en una jaula cuyo suelo está divido en dos partes. De forma aleatoria, se envían descargas eléctricas a uno u otro lado del suelo. El animal salta de un lado a otro para protegerse. Hasta ahí no hay nada sorprendente. Posteriormente, se electrifican los dos lados de la jaula. El animal se da cuenta de que nada puede hacer para escapar de las descargas eléctricas y que sus esfuerzos son inútiles. Y acaba entonces por rendirse. Se acuesta en el suelo y cae en un estado de indiferencia que le permite soportar pasivamente el sufrimiento. Se abre entonces la jaula y… ¡sorpresa! El animal no huye. En el estado psíquico en que se encuentra ya ni siquiera es capaz de hacer oposición. Permanece acostado en el suelo electrificado, soportando el sufrimiento.

La Marina de Guerra estadounidense formó un equipo médico de choque. Esta envió al profesor Seligman a Guantánamo. Conocido por sus trabajos sobre la depresión nerviosa, Seligman es una vedette. Sus libros sobre el optimismo y la confianza en sí mismo son best-sellers mundiales. Y fue él quien supervisó experimentos realizados con personas como conejillos de indias. Algunos prisioneros, al ser sometidos a terribles torturas, acaban sumiéndose espontáneamente en el estado psíquico que les permite soportar el dolor, y que los priva también de toda capacidad de resistencia. Al manipularlos de esa forma, se les lleva rápidamente a la fase 3 del proceso de Biderman.

Basándose también en los trabajos de Biderman, los torturados estadounidenses, bajo la guía del profesor Martin Seligman, realizaron experimentos con cada una de las técnicas coercitivas y las perfeccionaron. Para ello se elaboró un protocolo científico que se basa en la medición de las fluctuaciones hormonales. Se instaló un laboratorio médico en la base de Guantánamo y se recogen muestras de saliva y de sangre de los “conejillos de indias” a intervalos regulares para evaluar sus reacciones. Los torturadoras han ido refinando sus métodos. Por ejemplo, en el programa SERE se monopolizaba la percepción sensorial impidiendo, mediante una música estresante, que el prisionero pudiese dormir.

En Guantánamo se han obtenido resultados muy superiores con los gritos de bebés reproducidos durante días enteros. Antes, el poderío de los carceleros se demostraba mediante golpizas a los prisioneros. En la base naval estadounidense de Guantánamo se creó la Immediate Reaction Force. Se trata de un grupo encargado de castigar a los prisioneros. Cuando esta unidad entra en acción sus miembros portan corazas de protección al estilo de Robocop. Sacan al prisionero de su jaula y lo meten en una pieza de paredes acolchadas y recubiertas de madera enchapada. Proyectan al “conejillo de indias” contra las paredes, como para romperle los huesos, pero el tapizado amortigua parcialmente los golpes de forma que el prisionero queda atontado sin que se produzcan fracturas.

Pero el principal “adelanto” se ha logrado con el suplicio de la bañera [6]. Antiguamente, la Santa Inquisición sumergía la cabeza del prisionero en un tina llena de agua y lo sacaba justo antes de que muriera ahogado. La sensación de muerte inminente provoca una angustia extrema. Pero se trataba de un procedimiento primitivo y los accidentes eran frecuentes. Actualmente, ni siquiera hace falta una tina llena de agua sino que se acuesta el prisionero en una bañera vacía. Se le ahoga entonces vertiendo agua sobre su cabeza, con la posibilidad de parar inmediatamente. Ahora hay menos accidentes.

Cada “sesión” se codifica para determinar los límites soportables. Varios ayudantes miden la cantidad de agua utilizada, el momento y la duración del ahogamiento. Cuando esta se produce, los ayudantes recogen el vómito, lo pesan y lo analizan para evaluar el gasto de energía y el agotamiento provocado. En resumen, como decía el director adjunto de la CIA ante una Comisión del Congreso de los Estados Unidos: «Eso no tiene nada que ver con lo que hacía la Inquisición, con excepción del agua» (sic).

Los experimentos de los médicos estadounidenses no se hicieron en secreto, como los del doctor Josef Menguele en Auschwitz, sino bajo el control directo y exclusivo de la Casa Blanca. Todo se informaba a un grupo encargado de tomar las decisiones, grupo que se componía de 6 personas: Dick Cheney, Condoleezza Rice, Donald Rumsfeld, Colin Powell, John Ashcroft y George Tenet. Este último atestiguó que había participado en una docena de reuniones de trabajo de dicho grupo.

Pero el resultado de esos experimentos no es satisfactorio. Son pocos los “conejillos de indias” que han resultado receptivos. Se logró imponerles lo que debían confesar, pero su estado se mantuvo inestable y no ha sido posible presentarlos en público ante una contraparte. El caso más conocido es el del seudo Khalil Sheikh Mohammed. Se trata de un individuo arrestado en Pakistán y acusado de ser un islamista kuwaití, aunque es evidente que no se trata de la misma persona.

Al cabo de un largo periodo de torturas, durante las cuales fue sometido 183 veces al suplicio de la bañera sólo durante el mes de marzo de 2003, el individuo dijo haber organizado 31 atentados diferentes a través del mundo, desde el atentado cometido en 1993 en Nueva York contra el WTC hasta los del 11 de septiembre de 2001, pasando por la explosión de una bomba que destruyó un club nocturno en Bali y la decapitación del periodista estadounidense Daniel Pearl. El seudo Sheikh Mohammed mantuvo sus confesiones ante una comisión militar, pero los abogados y jueces militares no pudieron interrogarlo en público porque se temía que, ya fuera de su jaula, se retractara de lo que había confesado.

Para esconder las actividades secretas de los médicos de Guantánamo, la Marina de Guerra estadounidense organizó viajes de prensa a Guantánamo para periodistas complacientes. El ensayista francés Bernard Henry Levy se prestó así para desempeñar el papel de testigo moral visitando lo que quisieron enseñarle. En su libro American Vertigo, Bernard Henry Levy asegura que el centro de detención de la base naval estadounidense de Guantánamo no se diferencia de las demás penitenciarías estadounidenses y que los testimonios sobre las torturas «han sido más bien inflados» (sic) [7].


Una de las cárceles flotantes de la US Navy. Se trata del navío USS Ashland. La cala de fondo aplanado fue modificada para recibir las jaulas con prisioneros y disponerlas en varios niveles.

Las prisiones flotantes de la US Navy

En definitiva, la administración Bush estimó que era muy reducido el número de individuos que podían ser “acondicionados” al extremo de creer que habían cometido los atentados del 11 de septiembre. Concluyó entonces que una gran cantidad de prisioneros debían ser puestos a prueba para seleccionar a los más receptivos.

Teniendo en cuenta la polémica que se desarrolló alrededor de Guantánamo y para garantizar que fuese imposible cualquier acción legal en su contra, la Marina de Guerra de los Estados Unidos creó otras prisiones secretas y las situó fuera de toda jurisdicción, en aguas internacionales.

17 barcos de fondo plano, como los que se destinan al desembarco de tropas, fueron convertidos en prisiones flotantes con jaulas como las de Guantánamo. Tres de esos navíos han sido identificados por la asociación británica Reprieve. Se trata del USS Ashland, el USS Bataan y el USS Peleliu.

Si se suman todas las personas que han sido hechas prisioneras en diferentes zonas de conflicto o secuestradas en cualquier lugar del mundo y transferidas a ese conjunto de prisiones durante los 8 últimos años, resulta que un total de 80,000 personas deben haber pasado por ese sistema, entre ellas por lo menos un millar pudieran haber sido llevadas hasta las últimas fases del proceso de Biderman.

A partir de todo lo anteriormente mencionado, el problema de la administración Obama se resume de la siguiente manera: No será posible cerrar Guantánamo sin que se sepa lo que allí se hizo. Y no será posible reconocer lo que allí se hizo sin admitir que todas las confesiones recogidas son falsas y que fueron inculcadas de forma deliberada a través de la tortura, con las consecuencias políticas que ello implica.

Al final de la Segunda Guerra Mundial, el tribunal militar de Nuremberg actuó en 12 juicios. Uno de ellos estuvo dedicado a 23 médicos nazis. Siete de ellos fueron absueltos, 9 fueron condenados a penas de cárcel y otros 7 fueron condenados a muerte. Desde entonces existe un Código Ético que rige la medicina a nivel mundial. Ese Código prohíbe precisamente lo que los médicos estadounidenses hicieron en Guantánamo y en las demás cárceles secretas.

Thierry Meyssan
Analista político francés. Fundador y presidente de la Red Voltaire y de la conferencia Axis for Peace. Última obra publicada en español: La gran impostura II. Manipulación y desinformación en los medios de comunicación (Monte Ávila Editores, 2008).Los artículos de esta autora o autor Enviar un mensaje
Este artículo se publicó inicialmente en la edición del 19 de octubre de 2009 del semanario ruso Odnako.
[1] «La Liga Anticomunista Mundial, internacional del crimen», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 12 de mayo de 2004.

[
2] «Operación Fénix», por Arthur Lepic, Red Voltaire, 16 de noviembre de 2004.

[
3] Ver Operación Cóndor, Pacto criminal, libro de referencia de nuestra colaboradora la historiadora Stella Calloni. «Stella Calloni presentó en Cuba su libro “Operación Cóndor, Pacto criminal”», 16 de febrero de 2006. Ver también, en el sitio de la Red Voltaire: «Berríos y los turbios coletazos del Plan Cóndor», por Gustavo González, 26 de abril de 2006. «Los militares latinoamericanos no saben hacer otra cosa que espiar», por Noelia Leiva, 1º de abril de 2008. «El Plan Cóndor universitario», por Martín Almada, 11 de marzo de 2008.

[
4] «La Operación US «Martillo de hierro» en la guerra de Irak», por Paul Labarique, Red Voltaire, 11 de septiembre de 2003.

[
5] The Arab Mind, por Raphael Patai, prefacio de Norvell B. De Atkine, Hatherleigh Press, 2002.

[
6] También conocido como “el submarino” o con el término inglés “waterboarding”. Nota del Traductor.

[
7] American vertigo, por Bernard-Henry Lévy, Grasset & Fasquelle 2006.